Los seguidores de la saga Crepúsculo están de suerte. En este libro de Samuel Feijóo encontrarán una leyenda del pueblo quileute, que bien pudo servir de inspiración a Stephenie Meyer para la creación de algunos de los personajes e historias de sus novelas. Reproduzco lo más interesante de la misma:
EL ORIGEN DE LAS TRIBUS
Hace mucho tiempo, un hombre llamado Cuaeti viajaba por toda la Tierra, fijándose en las gentes y enseñándoles lo que tenían que hacer en adelante y cómo se debían comportar. Cuaeti les enseñó a construir sus casas.
[…]
Después Cuaeti se puso en camino y llegó a la tierra de los quileute. Allí encontró dos lobos, pero no había gente. Entonces transformó aquellos dos lobos en personas y les instruyó diciéndoles:
-El hombre común sólo tendrá una vida. Únicamente los jefes tendrán cuatro u ocho vidas. Por eso tú, quileute, deberás ser valiente, porque procedes de los lobos. Siempre serás el más fuerte.
[…]
Cuaeti siguió así de un sitio a otro de la Tierra creando pueblos y enseñándoles lo que tenían que hacer para vivir.
En la mitología griega, las arpías son monstruos alados hijas de Taumante y Electra. Suelen ser dos: Aelo, llamada también Nicótoe, y Ocípete; se conoce también una tercera, Celeno. Sus nombres revelan su naturaleza; significan respectivamente, Borrasca, Vuela-rápido y Oscura. Se las representa en forma de mujeres aladas, o bien de aves con cabeza femenina y afiladas garras.
Las arpías son raptoras de niños y de almas. A veces se colocaba su imagen sobre las tumbas, en ademán de llevarse el alma del difunto en sus garras. La leyenda en que desempeñan un papel más destacado es la del rey Fineo, sobre el cual pesaba la maldición de que todo lo que se colocaba ante sí se lo arrebataban las arpías, particularmente los alimentos; lo que no podían llevarse lo ensuciaban con sus excrementos. Con ocasión de la llegada de Jasón y los Argonautas, Fineo pidió a éstos que lo liberasen de las arpías.
Fineo y las arpías:
Por las condiciones físicas y morales de las arpías mitológicas, es fácil entender que «ser una arpía» quiere decir ser una persona huraña y de genio salvaje, llena de crueldad.