Poema de Jaime Gil de Biedma, incluido en su libro Poemas póstumos (1968), en el que se utilizan dos tópicos literarios: la visión de la vida como teatro (Vita-Theatrum) y la consideración de que cada momento de nuestra existencia es un paso hacia la muerte (Quotidie morimur).
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
Versión musicada del mismo en la voz de Loquillo:
Gil de Biedma recita este poema: